Floricultura

Flor-i-Cultura. Producir flores, consumir cultura (2012)

Flor-i-Cultura. Producir flores, consumir cultura fue un proyecto concebido para fomentar la floricultura a través de exposiciones, feria y talleres de formación para productores y población local.

Cofinanciado por la Asociación Insular de Desarrollo Rural (AIDER TF), este proyecto se impulsó para poner de manifiesto la importancia de la floricultura más allá de su relevancia como sector productivo y económico, para enfatizar que la cultura de las flores constituye un complejo entramado de conocimientos y saberes, de prácticas sociales, de tradición y de innovación.

Flores y frutos en las fiestas de Tenerife

En los exteriores de la Casa de Carta se implementaron diferentes instalaciones con referencia al uso de productos hortícolas y florales en diversas festividades de la isla de Tenerife.

Algunas tradiciones populares en Europa y América, que han llegado hasta la actualidad, parecen estar emparentadas con la Cucaña y el País de Jauja, como las piñatas, las danzas de varas y cintas o las numerosas ofrendas y manifestaciones florales.

Tenerife cuenta con una rica representación de estas costumbres en varios puntos de su geografía. Los corazones de Tejina, las alfombras del Corpus de La Orotava, los arcos de flores y frutos de Valle de Guerra, los cestos y bollos de Icod de los Vinos o el enrame de cruces de mayo, son algunas de las más representativas.

El País de Jauja

De manera complementaria, en los jardines del museo se presentó la exposición El país de Jauja, uno de los más antiguos mitos populares sobre la buena vida y de los imaginarios de las gentes corrientes sobre un mundo mejor.

Jauja o el País de Cucaña fue la ficticia tierra de promisión del campesino de la Europa Medieval. Asolados por epidemias y hambrunas, invasiones y guerras, condenados a un duro trabajo que apenas alcanzaba para sobrevivir y desencantados con la promiscuidad y corrupción del clero y las clases altas, los campesinos medievales se alejaron de la promesa bíblica del Paraíso. Elaboraron, como contrapunto, una tierra imaginaria en la que, sin el sufrimiento del trabajo, la comida fuera abundante y todos los placeres pudieran ser satisfechos.

Jauja supone un sueño de liberación de la brutalidad del trabajo, un mito de evasión que compensa la frustración en un sistema en el que los privilegios están siempre del lado del poder político, económico y religioso.