Aunque la Cueva del Viento ya era conocida por los antiguos aborígenes de Tenerife (los guanches) ya que en ella se han hallado restos arqueológicos, no es hasta 1969 cuando se empieza a explorar seriamente esta cavidad volcánica. Desde entonces son numerosos los trabajos de espeleología realizados en la misma, sobre todo por el grupo espeleológico Benisahare y el Departamento de Biología Animal de la Universidad de La Laguna, que han hecho que actualmente este tubo ocupe el quinto lugar a nivel mundial y el primero de Europa en sus características geológicas, con más de 18 kilómetros topografiados. Además, constituye un punto caliente de biodiversidad subterránea, con más de 190 especies conocidas, 44 de ellas troglobias. Desde 1994, el Museo de Ciencias Naturales ha coordinado las acciones para hacer accesible un tramo de este impresionante monumento natural al público en general, en el que descubrirá desde la formación del tubo, a partir de sucesivas coladas procedentes del volcán Pico Viejo con una edad de 27.000 años, hasta las diferentes morfologías características de este tipo de estructuras geológicas. En 2008 se hizo realidad la apertura del Centro de Visitantes de la Cueva del Viento, y la realización de rutas interpretadas, que han disfrutado más de 130.000 personas hasta el momento.